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Los limpiadores a vapor o vaporetas pueden eliminar la suciedad de muchas superficies con poco esfuerzo y sin emplear productos químicos. Esto evita verter sustancias contaminantes a los ríos y, además, te ahorra dinero. Mira cómo usar las vaporetas para una limpieza higiénica de tu casa.
Las vaporetas son máquinas que utilizan un chorro de vapor para limpiar la suciedad y los gérmenes. Como no usan productos químicos, son mejores para el medio ambiente que una limpieza convencional. Eso sí, también gastan cierta cantidad de electricidad para calentar el agua.
Estos aparatos son especialmente útiles para limpiar superficies que acumulan grasa, como las de la cocina, y también para suelos duros y ventanas. Algunos limpiadores a vapor sirven también para la limpieza de alfombras y moquetas. En cambio, no debes usarlos nunca para limpiar superficies de madera o aparatos eléctricos.
Las vaporetas trineo, gracias a su tubo flexible, son las más versátiles, pues te sirven tanto para limpiar el suelo como para las superficies altas o las ventanas.
Las de tipo escoba están pensadas para suelos, pues en su cepillo se puede acoplar un paño y te hacen una función parecida a una mopa, pero con la ayuda del vapor, que desprende la suciedad. Existen también aspiradores fregasuelos con un funcionamiento parecido.
Algunos limpiadores traen como accesorio una pequeña vaporeta de mano, que puedes usar como un apoyo multiuso muy fácil de manejar, con el que podrás limpiar zonas de difícil acceso, mesas, etc.
Sea cual sea el tipo de limpiador a vapor que compres, hay algunas características en las que conviene fijarse:
Si nunca has tenido una vaporeta, probablemente tendrás algunas preguntas acerca de cómo usarla y lo que se puede hacer con ella. Te adelantamos que se puede usar casi todo, excepto las superficies muy delicadas y las de madera, que se pueden hinchar con el vapor.
Intentar quitar la grasa de un horno puede ser un desafío y, a veces, se necesitan potentes limpiadores químicos. Un limpiador a vapor es más ecológico y no produce olores extraños. Sin embargo, ten cuidado de no limpiar cerca de las resistencias del horno, puesto que son elementos eléctricos que podrían dañarse.
Las vaporetas son una buena yuda para limpiar suelos resistentes, como los de baldosa, gres o terrazo. Si tu suelo es poroso, por ejemplo, un suelo de madera o de barro cocido, debes tener precaución, pues el vapor caliente podría dañarlo.
La limpieza de paredes alicatadas resulta muy cómoda con la vaporeta. Debes proceder siempre empezando por arriba para que el vapor que gotea no te ensucie lo ya limpiado.
Los limpiadores a vapor suelen llevar accesorios específicos para la limpieza de cristales. También te sirve para limpiar los marcos y cercos de las ventanas. Empieza por la parte superior y ve trabajando hacia abajo. Conviene que coloques un paño que empape el vapor que va cayendo para que no escurra por la pared y llegue a mancharla.
Es buena idea limpiar regularmente los colchones. No solo por la suciedad, también porque acumulan partículas y ácaros del polvo que pueden provocar alergias. La alta temperatura que alcanza el vapor mata los ácaros y no empapa el colchón, por lo que no tardará mucho en secar.
Al igual que con otras superficies, antes consulta con el fabricante del colchón o mira en su web si se pueden limpiar al vapor, y también comienza por una superficie pequeña y oculta para ver qué pasa.
Si tienes prisa por limpiar el frigorífico o descongelar el congelador, tu limpiador al vapor proporciona una opción rápida y más segura de hacerlo que usar cuchillos u otros elementos para tratar de arrancar el hielo. El vapor también limpiará la superficie, por lo que no habrá que hacerlo posteriormente.
Antes de empezar, quita los estantes y cajones y coloca un recipiente en la parte inferior del congelador para recoger el hielo y el agua. A continuación, aplica el limpiador a vapor al hielo y mira cómo se derrite rápidamente.
Un limpiador a vapor no es un sustituto de un limpiador específico para moqueta o alfombras, ya que no aspiran la suciedad, pero el vapor pueda ayudar a eliminar algunas manchas. De hecho, algunos limpiadores vienen con boquilla para alfombras que pueden ser útiles para limpiar estas superficies.
Un consejo: antes de proceder a limpiar una alfombra o moqueta, haz una prueba de limpieza en alguna zona escondida, porque no todas las alfombras se pueden limpiar a altas temperaturas. Si no se daña, podrás limpiarla toda. Evita mojar demasiado la superficie y aspira siempre el polvo de la alfombra antes de proceder a su limpieza con vapor. Si no dispones de un buen aspirador, el comparador de OCU te ayuda a elegirlo:
Entra en el comparador de aspiradores
Los limpiadores a vapor pueden realizar un trabajo de limpieza muy bueno, pero no se pueden utilizar en cualquier superficie. Normalmente los fabricantes indican una lista de superficies que se pueden limpiar con seguridad, pero a veces la información es ambigua o poco clara. Conviene que te informes antes de comprar uno de estos aparatos para tu casa. Si no estás seguro, consulta al fabricante o instalador del suelo.
Hay una regla general: no uses nunca un limpiador a vapor en suelos de madera o parquet que no estén bien sellados y barnizados, puesto que la humedad puede hacer que se abombe y estropee. También puedes hacer una prueba: vierte una pequeña cantidad de agua sobre el suelo y espera a ver si la absorbe. Si el agua permanece en la superficie y no empapa, se podría limpiar al vapor. En caso de duda, mejor no intentarlo.
Un consejo en cualquier tipo de suelo: la primera vez que lo limpies, utiliza la potencia más baja posible y seca después cualquier exceso de agua que haya quedado en el suelo.
Un aparato como este, diseñado para no usar productos químicos, necesita agua… y nada más.
Su principal problema es la formación de depósitos de cal en su interior, un problema que se agrava si el agua en tu zona contiene mucha cal. Lee el manual de tu limpiador para ver si indica la dureza máxima del agua recomendada. Si el agua de tu casa es muy dura, tal vez la puedas mezclar con agua desmineralizada al 50%, como máximo.
Algunos fabricantes recomiendan el uso de agua destilada. Esto puede resultar caro, pero te puede compensar durante el periodo de garantía, ya que usar el agua del grifo si el fabricante no lo recomienda, podría hacer que no se hagan cargo de la garantía en caso de que haya una avería.
Para tratar de evitar la acumulación de cal, vacía el depósito después de cada uso. Algunas marcas ofrecen la posibilidad de añadir productos antical al agua, pero hazlo solo si lo indica el manual del aparato. Otros aparatos disponen de cartuchos antical que también pueden solucionar el problema.
Normalmente, cuando se compra el limpiador a vapor, este viene al menos con un paño para la mopa (normalmente hecho de microfibra). La mayoría de estos paños se pueden lavar en la lavadora, así que simplemente hay que hacerlo cuando estén sucios. Cuando el paño esté dañado o muy usado, tendrás que reemplazarlo. Normalmente, los fabricantes de los limpiadores a vapor ofrecen paños de su marca, pero los genéricos suelen ser mucho más baratos. Comprueba si tu limpiador puede usarlos.
La principal fuente de peligro al usar un limpiador a vapor es la alta temperatura que alcanza el vapor (más de 100ºC), por lo que el riesgo de quemaduras es alto y hay que tomar precauciones.
Puedes compra un limpiador a vapor desde 45 euros, pero la horquilla de precios es amplia y los modelos mejor equipados rondan los 500 euros.
La potencia de estos aparatos oscila entre 1.000 y 2.000 W. Un modelo de los más habituales, con una potencia de 1.500 W, te consumirá 1,5 kWh por cada hora que lo tengas enchufado. El coste en euros dependerá de tu tarifa eléctrica, pero con precios del verano de 2022 te puede suponer unos 50 céntimos si tienes PVPC.
Cada mes, nuestros expertos analizan cientos de productos en laboratorios independientes y valoran sus características de uso, seguridad y calidad. El objetivo es ayudar a los consumidores a escoger las opciones de compra que mejor se adaptan a sus necesidades:
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